El Andariego

Blog personal de Ricardo Andreé

La santidad según Caín

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El peor enemigo de la conciencia humana, en su desarrollo hacia la adquisición de su más alta espiritualidad, es La Costumbre. Esta ensoñación de La Costumbre va permitiendo la aceptación de una normalidad atroz, contraproducente y plena de incoherencias. Por el contrario, la Conciencia en el Hombre que postula a su estado más elevado posible de espiritualidad, sufre el horror de la mentira hecha sistema político, de la religión proclamando a Dios en medio de violaciones y actos demoniacos, y de la guerra por pedazos de territorio ‘santo’.

La así llamada ‘semana santa’, que es un reemplazo o emulación de la Pascua judía, pretende levantar la sangre, la tortura, el martirio y la muerte cuan actos de santidad y salvación; cofradías encapuchadas de negro llevan por España imágenes de un Jesús derrotado por los pecados del mundo; mientras que en Filipinas se clavan a maderos en forma de cruz a quienes quieren parecerse al dios de la cruz. Coloridas puestas en escenas vemos por toda América, mientras que en Chile la gente sale de vacaciones y a lo más deja de comer el asado que sería natural en tantos días de asueto. En tanto, Israel dispara en contra de la población palestina y sigue matando inocentes, mientras las milicias de Hamas tiran sus petardos sin más que ruido y a veces con algún fortuito y nefasto resultado. Musulmanes y Judíos reclaman la misma historia, el mismo territorio y al mismo dios. La Costumbre nos hace indiferentes a tanta incongruencia, hasta nos minimiza el impacto de los horrores provenientes de la curia corrupta del catolicismo. Todo va convirtiéndose en natural… y podemos cohabitar con tales aberraciones, y como máximo, quién más o quién menos, va construyendo su burbuja individualista que evitará tener esa mirada Macro que al final lo pondrá en crisis, y se prefiere la vista pequeña de lo Subjetivo que concede sobre vivir en medio de tanto enredo.

Pero no nos engañemos: lo que en este mundo se nos presenta como santo y natural es oscuro y absolutamente contrario a la naturaleza del Hombre cuan criatura del Padre Dios.

Es el mundo de Caín, en donde el guerrero violento es héroe, y la sangre y muerte es santidad. Es la cultura Cainita que piensa en términos de posesión y no de coparticipación, esa que vemos en tierras que no son santas, sino oscuras y plaza tenebrosa en donde los tipos de Cainitas se confrontan, matan y aniquilan… en nombre de su dios. El Oriente Medio no es teatro de buenas obras de paz y fraternidad, como Cristo enseña, sino de sangre y muerte… que es la costumbre del Cainita. En la mente de Caín se puede violar a un niño siendo sacerdote que dice representar a Dios; y las instituciones Cainitas siempre defenderán lo corporativo antes que la verdad que los desarme. El Cainita se viste de negro y cubre su rostro para representar a su dios, la muerte, y levanta al Cristo torturado como victoria y culpa, como redención y goce, porque el Cainita no concibe la Vida y la Resurrección como una ley para todo Hombre, sino que proclama la vida y la resurrección como una excepción en un hombre especial, Jesús, pero jamás como Ley de Salvación para todo Hombre, por Gracia del Plan de Dios. No, eso no puede ser, porque el Cainita adora el sentido y la teoría del pecado, y no concibe que los Hechos de Salvación puedan aniquilar al pecado. Levantan entonces la muerte, la sangre, el pecado, la culpa y la penitencia como una cadena que no se contradice con la guerra, la violencia y la bendición de los arsenales de guerra. 

La santidad de Caín es demoníaca: el dios de Caín está en las Tinieblas. Este mundo está dominado por la cultura y la religión Cainita. Bastaría que usted piense en coherencia cuan Abel, Enoc, Lao-Tse, el Buda o Francisco de Asís, o el Padre Pio… o bien sea usted congruente con el mensaje de los Evangelios, y aplique como camino de vida el Sermón del Monte… y vivirá todo el peso inquisidor y persecutorio del mundo Cainita, y verá los infiernos disfrazados con ropaje fraudulento, y sabrá también que el Anti-Cristo ya gobierna sobre este mundo. No tema, porque si Ud. escapa y se libera de las ataduras del Cainita tendrá todo el Poder del Gobierno del Cristo Vivo a su lado, y conocerá al Conciliábulo de Santos y Sabios dispuestos a abrir las puertas de la Casa del Espíritu Santo, y podrá alcanzar la Voluntad del Padre… Y si este Poder Santo es con su persona. ¿Quién podría en contra de usted?

 

Written by Ricardo A. Urrutia.V

abril 1, 2010 a 11:30 pm

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